martes, 19 de julio de 2016

¡Hola Ecuador!, ¡Chao ecuatorianas!





La revista ¡Hola Ecuador! de julio 2016 tiene en su portada a 5 mujeres.  5 son blancas, 5 son delgadas, 4 son rubias y 5 van vestidas como si fueran a un cóctel de la “high class” latinoamericana. 

El nombre del artículo dice “Distinguidas mujeres de Quito, Cuenca y Guayaquil”
Una es una cantante poco reconocida, famosa  en algún momento.
Una es ex reina de belleza (Miss Ecuador)
Una es una ex nadadora profesional
Una es un personaje de la farándula de la televisión nacional
Una es la esposa de un 4 veces candidato a la presidencia.

Resulta inquisitivo ver a esas mujeres en la portada de una revista. Probablemente para una sociedad como la española en la cual físicamente la población es bastante homogénea, sería normal. Muchas mujeres en Europa o Estados Unidos lucen así, pero en Ecuador, no. 

Yo, soy morena, tengo el pelo negro y disto de ser delgada. Como las mujeres de la portada de la revista conozco a pocas mujeres y de esas pocas, tal vez dos son ecuatorianas.  Las mujeres de mí alrededor son morenas, algunas más blancas, son anchas, delgadas, de cabellos negros, rizados, mestizas, indígenas, afros.

Entiendo que las revistas de farándula no pueden “vender” otro tipo de mujeres, no pueden “vender” mujeres normales como el 90% de las ecuatorianas. El mostrar mujeres imposibles para la mayoría de nosotras nos obliga a consumir y a vivir en una completa insatisfacción con nosotras mismas. ¿Cuántas quiteñas, guayaquileñas, cuencanas, machaleñas, otavaleñas,  lojanas, tenenses, sucumbienses se reconocen o se ven en esas mujeres? 

Llama mucho la atención que  en un país de mestizos, donde lo “blanco y lo rubio” es minoría, sean mujeres rubias, blancas, urbanitas, heterosexuales, las que (en esta revista) están representando a las 3 ciudades más importantes del Ecuador. Los modelos de éxito que estas imágenes venden están desligados a lo que nosotros somos.

 No pretendo descalificar a este tipo de revistas porque son una muestra de la libertad de elección de la que somos parte. Si hay producción es porque hay consumo. Sin embargo no se puede seguir relacionando lo exitoso, lo bueno, lo deseable, con un canon que no es el de las ecuatorianas. 

Por otra parte, es chocante que se siga identificando lo femenino con la delicadeza, el cuerpo, el hogar.  Es probable que si se hablara de distinguidos caballeros ecuatorianos, en la portada de la revista estarían empresarios, políticos, deportistas. Probablemente estarían hombres “exitosos” independientemente de su atractivo físico. No me imagino que podría estar un hombre en calidad del marido de. 

Me resulta inquietante pensar si las mujeres ecuatorianas compararíamos una revista en la que en la portada estuviera una mujer indígena, mestiza, afro, de un cuerpo promedio. Citando a Jorge  Icaza en el Chulla Romero y Flores, recién leído por mi compañero (a quien le agradezco haberme sugerido el tema de la entrada) somos un pueblo que venera lo que odia y ama lo que esconde.  

Larga vida al ¡Hola!



No hay comentarios:

Publicar un comentario