lunes, 23 de enero de 2023

Llueve en abril. Primavera en Sevilla 2020

 Hoy llueve infinita-mente 

Llueve como dios escupiendo coronavirus a través de salivas espaciales, maldiciendo al

Humano, bendiciendo a la tierra, a los patos y al río. 


Llueve infinita mente y yo que soy fuego me apago levemente entre las nostalgias, la mía y la que tengo de vos, y de vos y la ciudad. 


Llueve infitinamente tanto así que los charcos son mares y mi ventana una escotilla de barco inundándose conmigo dentro, como estrellas rompiéndose en mi ventana y yo como pluma al viento no me

PerteneZco sino que me siento como a voluntad de la lluvia que no amaina, que no pasa y tú silencioso en la ausencia. 


Llueve y hoy me alegra que llueva porque a ti también te moja y ahora es lo único que tenemos en común. 


Llueve y nada me calienta los pies ni el alma, ni la calefacción ni tu respiración inexistente en mi oído, pidiéndome que no cierre las piernas. 

Llueve y lluevo y mis aguas saladas hoy no te pertenecen ni a mi, sino a esta tarde eterna, de sol invisible de un yo al otro lado del mundo, de este abril robado. 


Llueve, lluevo, te mojas y en cada gota que te empapa soy yo lloviéndote en cada orgasmo que te echa de menos. 

Citando a Freud

 Freud planteaba que los sueños son la realización inconsciente de los deseos,

 No sé mi experiencia valdría de algo, pero debo decir, en honor a la verdad y a la academia, 

que me acabo de despertar deseándote, mojada y por alguna razón con tu olor por mi cuerpo. 

Volviendo a ser yo. Enero 2020

Hoy es lo que es. 

Nunca me había despertado tan temprano aquí, considerando el hecho de que son casi las 7 am y sigue oscuro. 

Los buenos días del otro lado de la cama, no fueron tan buenos. Hoy sabía que era la ultima vez que veía la calle desde su balcón. Hemos coincidido en el mismo tren pero no vamos a la misma estación y en ese caso y con 32 años, uno debe saber cuando bajarse, aunque no necesariamente sepa a donde ir.  

Uf! Por fin amanece pero son casi las 8:40 am. Salgo corriendo, con una torpe despedida, casi tan torpe como la forma como nos conocimos. 

Me dice adiós desde el balcón, hago un intento por mandarle un beso volado, me devuelve el gesto. Sigo caminando y me pierdo por esta ciudad rumbo a escuchar a uno de los teóricos más grandes del siglo 21. 

Sonrío, claro que valió la pena! 

martes, 26 de enero de 2021

Sevilla con sevillanos


Cae el sol en Sevilla
Solo se ilumina la Giralda 

Cae el sol en Sevilla y la última gota de cava 

Cae el sol...en Sevilla

cómo caen mis lágrimas. 

viernes, 17 de abril de 2020

La pandemia y nuestras soledades


No nos han enseñado o no hemos aprendido a estar solos. 

La pandemia y el confinamiento de repente nos han golpeado en algo que pensábamos (para la mayoría) está resuelto. El yo, conmigo. 

Las redes sociales se plagan de mensajes de estoy aburrida, autofotos (selfies) y mensajes o rutinas para llenar el tiempo. 

En una de mis clases aprendí sobre el ocio creativo, ese ocio que existe sin consumir y se disfruta en la soledad del ser. Ese ocio que hace escribir, pensar, ver, ver lo que tenemos alrededor; calles vacías, la huerta de un vecino, el techo. ¿Y para qué sirve eso? Pues para interiorizar y vernos a nosotros mismos. 

¡Qué fácil es criticar al otro, encontrarle un defecto, una virtud!, ¡qué fácil es criticar al sistema o alabarlo por mera ignorancia o por comodidad! Qué difícil es hacerlo con uno, encontrar nuestros defectos, decirlos en voz alta, recordar los dolores no sanados y enfrentarlos de nuevo. Juan Carlos Monedero en una de sus obras lo menciona: evitamos tanto el dolor que en un momento nos volvemos indolentes y me permito añadir, indolentes incluso con nosotros mismo. 

Las cosas del día a día nos distraen de nosotros mismos, así evitamos vernos al espejo para cuestionarnos, nos vemos al espejo solo para estar presentables para esos otros, que a veces ni sabemos quiénes son. 

¡Cuánto ha logrado el capitalismo que las únicas formas que tenemos de existir se basan en el consumo! ¿si no fuera así, porque estamos tan agobiados porque las tiendas están cerradas?  los bares están cerrados? ¿Es por la cerveza o por el compartir? Ese compartir que muchas veces son grupos de personas ensimismadas en su móvil. Creo que muy poca gente extraña el caminar solo por la calle, o sentarse en un parque a ver pájaros o solo disfrutar el césped. Creo que la mayoría están agobiados porque no puedes comprar instantes de compañía, instantes que se justifican con una cena o con una cerveza. 

Me gustaría saber cuánta de la gente que está agobiada por el confinamiento extraña el disfrutar de su ciudad en soledad. No digo que todos los momentos sean así, pero en su mayoría creo que todos los instantes que se consideran “épicos” están basados en el consumo.

El último día que vi al chico con el que salgo, recuerdo mi soledad con un libro y de repente su presencia acompañada de un trago, una cerveza, lo que más recuerdo de ese día fue su compañía, la expectativa por verle, pero no lo que compré. 

La soledad verdadera, digamos que la soledad sola, es como poner un freno a la vida, siendo mística, como un desdoblamiento necesario para detenernos y ver desde adentro que está haciendo ese yo que se manifiesta en el afuera y ver si en realidad lo que hago lo hago yo o es la televisión, las redes sociales, la familia, los amigos, que se manifiestan a través de mí. ¿Dónde queda el yo sino todo lo que hago es ser eco de los otros?

¿En realidad, cuando decimos que el agobio nos invade... qué nos está agobiando en realidad? ¿La necesidad de consumir (seres humanos o cosas) o nuestra propia incapacidad para estar con nosotros mismos?

A veces es necesario vernos, aunque sea en espejos empañados
Invitarnos a ir o a venir

martes, 7 de abril de 2020

Prosa poética a la última tarde donde te vi

Estás dentro mío
Como los pensamientos que no se callan
Como la revolución que me mueve
Como la música que me mece
Estás dentro mío
Explorando y disfrutando de ambos
Dentro, como las sombras de esta tarde en Sevilla.
Con los dedos largos, como los animales hambrientos que buscan la comida que termina en un orgasmo de mares y abrazos.



martes, 8 de octubre de 2019

Los, las les desclasados

Sino quiere leer le resumo:

1.- El desclasamiento, un sueño falso. AQUÍ EL ARTÍCULO COMPLETO

2.- Crear desclasados ha sido y es uno de los objetivos del capitalismo, porque es el camino más corto para conseguir la fragmentación de una clase social a la que hay que mantener a raya.

3.-Los desclasados se caracterizan, no por aspirar a la legítima mejora de su status, sino por olvidar su procedencia y construir un relato que les aparta del compromiso que un día tuvieron sus padres con ellos, con sus vecinos o con sus compañeros de trabajo.

4.-Los desclasados, a los que se les han dado regalado los derechos, son de una alta exigencia. Cualquier molestia que se les propicie es anticonstitucional y el estado de bienestar ha sido gratuitamente llovido del cielo; las pensiones, la igualdad de género, la salud laboral, las políticas inclusivas.

5.- Son “apolíticos” y las ideologías están superadas; que es tanto como decir que se encuentran en una permanente fuga de su clase social porque en su baja autoestima no se soportan en ella.

6.-Los desclasados, desde posiciones críticas pasivas, siempre tienen a mano a aquellos que se movilizan por algo colectivo para zarandearlos y presentarlos como chivos expiatorios de sus culpas.

7.-Producto del esfuerzo de lo público -becas, sanidad universal, prestaciones sociales,…- y de todos aquellos que trabajan por lo público, los desclasados han ido alcanzando espacios de autonomía, independencia y bienestar, pero dicen estar hartos de ser ellos los que sufragan la enseñanza para los inmigrantes, a los burócratas funcionarios, a los parados subvencionados, y por eso se apuntan al nuevo modernismo de pedir la bajada de impuestos o reclamar la “flexibilización” en la organización del trabajo porque tienen la ventaja personal de facilitar su supervivencia individual y arribista, acabando, dicen, con “viejas rémoras del pasado”, aunque estas sean las que hagan sostenible los derechos.