lunes, 24 de octubre de 2016

Los/as pacifistas de facebook. #Nadiemenos vs #Niunamenos



Yo tenía 15 años cuando un tipo me tocó en el autobús público. Recuerdo su cara y la expresión de sus ojos. Pienso en la incomodidad que sentí ese momento e incluso me siento incómoda ahora al recordarlo.  Pienso en cómo me sentí indefensa, en cómo alguien podía tener acceso no consentido a mi cuerpo y no pasarle nada. En ese momento me di cuenta que algo no estaba bien. 

Recuerdo también una ocasión en que estábamos andando por la calle con mi mejor amiga, teníamos 17 años, dos tipos pasaron y uno de ellos le dio una nalgada a mi amiga. Recuerdo como nos miramos mientras ellos se iban riendo. Recuerdo que no dijimos nada y solo un silencio se formó entre nosotras. 

Pienso en las veces que me han llamado puta, porque eres puta cuanto tienes sexo o cuando no, cuando reclamas porque te miran lascivamente o te tocan sin que tú aceptes, eres puta por usar la falda muy larga o muy corta, eres puta si eres lesbiana o heterosexual, ser puta simplemente es cuando exiges tu derecho a ser libre y sí las mujeres también nos llamamos putas entre nosotras.

He contado tres experiencias  (de tantas) de cómo he vivido el machismo en mi vida, pero estoy segura que lo que cuento se queda corto en comparación a lo que otras mujeres han pasado; por eso me choca que con tantos femicidios que son la consecuencia más grave del machismo, de repente alguna gente se vuelva “pacifista” en el momento exacto que sale la campaña #niunamenos salgan iluminad@s con #nadiemenos. De repente ahora son abogad@s y dicen que por qué femicidios si todos son asesinatos, que la violencia es violencia, que los hombres también mueren. 

Sí, la muerte de algunos hombres también es consecuencia del machismo, se les exige cumplir roles, ser bruscos, “machos” (literalmente), se les obliga a ver a sus hij@s pocos días al año cuando se han separado de sus parejas, se les obliga a ser proveedores, fuertes; es innegable esa realidad. Sí, lo ideal es el #nadiemenos, que nadie muera por su condición de género pero que se diga esto en el momento de visibilizar una campaña contra el femicidio, cuando el resto del año les da igual quien muera o no, es bastante cuestionable. 

Es cuestionable, porque antes del "ni una menos" nadie decía "nadie menos". Es una importancia repentina y momentánea, un pacifismo falso que nace como una respuesta que trata de subestimar y ensombrecer el hecho de que sigan muriendo mujeres a manos de hombres, muchas mujeres mueren por el simple hecho de ser mujeres. No es un invento de las feministas, es un hecho; en el Ecuador 6 de cada 10 mujeres han sufrido algún tipo de violencia, en lo que va del año han habido 69 femicidios en el Ecuador y no sé cuantas tentativas de femicidio. Yo he vivido el machismo en carne propia, todas las mujeres que conozco de alguna manera han sido violentadas.

¿Acaso incomoda mostrar una realidad? 

A los que buscan la paz social con su #nadiemenos, admiro que sean personas tan buenas, que como piensan en los hombres, piensen en las mujeres y en los animalitos sin embargo espero que su hashtag sea algo más que eso. Ojalá pacifistas de Facebook, ustedes no sean de los que van burdeles, de los que dicen puta o mamita rica en la calle, ojalá chicas pacifistas no sean de las que creen que alguien es zorra porque es libre, ojalá que no, porque sino su hashtag de #nadiemenos sería una muestra de HIPOCRESÍA, DOBLE MORAL E IGNORANCIA. 

Ojalá algún día logremos el nadie menos, pero tienen toooodo el año para hacer campaña sobre el tema y toda la vida para crear prácticas que hagan de ese hashtag una realidad, mientras esperamos el “nadie menos”, empecemos por el “ni una menos”, que ese ya es un paso. 

martes, 18 de octubre de 2016

Hábitat III ciudades sostenibles, evento insostenible



En mi inocencia el día de ayer llegué al  El Ejido para obtener un acceso a Hábitat III, mi sorpresa fue ver que la fila atravesaba gran parte del parque llegando casi a la 10 de agosto. Entre miles de personas y el sol canicular del medio día de Quito, fue casi imposible esperar lo que en mi cálculo serían 3 horas (confirmando posteriormente con el comentario de una amiga, que serían más de 5 seguro) para obtener un pase para acceder a todas las conferencias que ofrece Hábitat III. 

Foto tomado por: Vianney Hidalgo

Entre la confusión y la ignorancia he leído desde críticas al presidente, que no tiene casi nada que ver en la organización de este evento, pasando por la ya tan conocida frase “cómo van a hacer eso aquí, que somos un país tercermundista” hasta el punto de culpar a los “noveleros” que se creen mucho por ir a esas cosas. 

Para conocimiento de los/las lectoras/es: 

Hábitat es un Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-HABITAT), parte de una agencia de las Naciones Unidas, con sede en Nairobi, que tiene el objetivo de promover ciudades y pueblos social y ecológicamente sostenibles.[1]

Con este antecedente toparé 2 puntos:

1.- Finjamos que somos algo que en verdad no somos. 

Me sorprende ver que en menos de un mes, los alrededores de la Casa Cultura estaban llenos de carrillesbici, me sorprende que haya cosas que se puedan construir tan rápido en una ciudad donde un simple trámite en el municipio puede tomar desde varias horas hasta meses. 

Pero ¡oh! Sorpresa de repente había carrillesbici, que un principio eran espacios verdes pintados sobre la calle y después de una evidente crítica al respecto pasaron a ser  espacios verdes pintados en la calle pero con unos tubitos amarillos de cuando en cuando. 

Sobre la Jorge Washington entre 9 de octubre y Amazonas, descubrí que desde hace una semana para acá tenemos jardineras y asientos de palés sobre la calle, es bonito ver esas maravillas, es bonito saber que tengo donde sentarme y hacer uso del espacio público y es más bonito saber que eso se hizo en menos de una semana, o sea que cuando se quiere somos bastante eficientes y competentes. 

Si se tiene el coraje de hacer cosas como “Solución vial Guayasamín” se debería tener el coraje de reconocer que Quito es una ciudad poco inclusiva con peatones/nas, discapacitad@s y ciclistas.  Que las políticas que se manejan son pensadas en autos y élites, no en espacios públicos para todas y todas.
Esta situación me recuerda mucho a cuando sobrios decimos que escuchamos música clásica pero borrachos lloramos con Gerardo Morán.  O sea que tratamos de convencer a alguien de que vamos de “muy muy” pero no nos convencemos ni nosotros mismos.

Imagen tomada del facebook de Marco Tituaña.



2.- Hábitat III sede en Quito. No entran las/los quiteños/as

Parecería un chiste pero es cierto, ayer en la fila que trataba de hacer, la mayoría de los enfilados éramos ecuatorian@s y en especial quiteñ@s (nos reconocemos por el acento). Esto demuestra algo que es muy típico en nuestra idiosincrasia ecuatoriana, primero lo de fuera, luego lo de adentro. 

Que yo estoy de acuerdo en que se hayan dado acreditaciones a todas@s l@s visitantes foráneos, pero la caridad empieza en casa.  Tenía que establecerse un mecanismo que permitiera que l@s ciudadan@s pudiéramos acceder a Hábitat sin perder casi la vida en el intento. Lo de hacer acreditaciones con más anticipación, en otros sitios, de otra manera. ¿¿¿Suena esa idea??? 

Que sí, que sí, que hay que pasar mil filtros de seguridad porque es territorio ONU y es como un aeropuerto, no sé qué. De acuerdo, pero no podía pensar ONU algún mecanismo diferente, más INCLUSIVO??? 

Porque claro que entraron compatriotas, pero compatriotas del aparato estatal y municipal, l@s que van con los autos blindados y chofer, los que hace siglos no pisan el trole. No creo que la mayoría de  gente que haya entrado (al menos sin hacer la fila de mil horas) sean l@s ciudadan@s de a pie, l@s que si viven la ciudad, l@s que usamos transporte público, las mujeres a quienes nos acosan en las calles, el/la ciclista que se enfrenta a los autos porque en el Quito real no hay suficientes carrilesbici y los que hay están en el centro norte de la ciudad (como dato no más).

Ciudad sostenible, no es haber quitado a los vendedores ambulantes del centro histórico para recluirles en “centros comerciales del ahorro” (como que el nombre cambiara la realidad) espacios mínimos apretujados sin ventilación en muchos casos, ciudad sostenible no es pintar de verde carrilesbici. Quito como muchas ciudades de América Latina, está llena, de vendedores ambulantes, de migrantes internos y externos, de colegiales y universitarios, de trabajadores que se desplazan desde barrios satélites hacia los centros financieros. 

Quito no es la ciudad que se pretende mostrar del 17 al 20 de octubre y obviamente Quito no somos la gente que está en el Hábitat III.



[1] Wikipedia