Volver a casa
es volver al campo de batalla
donde están muertos y heridos
el orgullo, el respeto y el
amor.
Volver a casa
es a volver a los labios metrallas,
qué tanto
disparan
y luego
piden perdón.
Volver a casa
es encontrar el vino
como sangre en las
esquinas,
a los gatos asustados después del crimen,
testigos mudos de
la guerra que se libra entre tú y yo.
Volver a casa
es abrazarse al enemigo
que se ha
muerto
te ha matado
y a pesar de todo
a pesar de tanto
le llamas aún
amor
mío.
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